Sumergida en el corazón de Durazzano, Casa Vittoria es un elegante destino turístico que surge del amor por la hospitalidad y por su tierra. Antonia Abbatiello, una joven madre de tres hijas y abogada apasionada por la cocina y las tradiciones, decidió convertir su sensibilidad y conexión con el territorio en una experiencia auténtica para ofrecer a sus huéspedes.
La propiedad ofrece dos alojamientos diseñados para garantizar comodidad y tranquilidad. “Maria Francesca” puede albergar hasta cinco personas, mientras que “Viola Vittoria” es perfecta para grupos de hasta cuatro huéspedes. Ambos incluyen un desayuno elaborado con esmero, para comenzar el día con sabores genuinos y familiares.
Casa Vittoria también es el corazón de una finca que se enraíza en la historia del Sannio. Desde hace generaciones, la familia cultiva con dedicación cerezas, guindas, nueces, avellanas, uva de mesa y aceitunas, transformando los frutos de la tierra en delicias artesanales que narran la tradición agroalimentaria local.
Durazzano, enclavado en una colina a 285 metros de altitud, ofrece vistas sorprendentes del Golfo de Nápoles y de Sant’Agata de’ Goti. Rico en historia y cultura, el pueblo conserva monumentos destacados como el Puente de la Valle de Durazzano, parte del Acueducto Carolino diseñado por Luigi Vanvitelli. Pero también es cuna de una vibrante cultura gastronómica: de aquí provienen numerosos chefs que han llevado la excelencia campana a Italia y al mundo, testimoniando el fuerte vínculo entre el territorio y el arte de la buena comida.
Permanecer en Casa Vittoria significa entrar en un mundo lleno de sabores auténticos, hospitalidad sincera y paisajes que dejan huella. Una experiencia que huele a hogar, en el verde corazón de Campania.